Estamos en campaña electoral, una de esas campañas de ahora en que los partidos políticos se reparten unos espacios determinados, sin "ensuciar" las paredes con pegados de carteles indiscriminados. En lugares determinados colocan unas planchas metálicas o de madera donde cada partido tiene su espacio para poner las fotos de sus líderes, o cuelgan los carteles de las farolas, esta para ti, esta para mí... Vamos, que no es lo mismo que cuando un partido llenaba de carteles una tapia a las doce de la noche y a las dos de la mañana otro partido los tapaba sin miramientos con los suyos. Peleas entre los grupos de militantes que recorrían las calles cubo y brocha en mano para ganar el mejor lugar para su líder.
Y me fijaba yo el otro día en los carteles mientras daba una vuelta por la calle, cuando algo me llamó la atención. Todos los líderes locales y autonómicos, de todos los partidos, sobre fondo blanco, mirando al frente, como si mirasen al votante a los ojos diciéndole "aquí estoy yo". Todos menos uno, Tomás Gómez, el hombre que tuvo los bemoles de enfrentarse al aparato del Partido Socialista, y que mira hacia la izauierda y hacia arriba. No sé si miraba a la Asamblea de Madrid, la Moncloa o simplemente a las musarañas. Tal vez lo hizo a propósito para que la gente hablara de él aunque fuera mal, o para que algún bloguero como yo le diera publicidad en su pequeño espacio. Claro que si los blogueros son muchos, la imagen correrá como un reguero de pólvora y se extenderá por toda la red, y supongo que algún voto llegará por este camino. Si es así, enhorabuena, si miraba a las musarañas, que lo pague en las urnas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario