Ayer vivimos una situación desagradable cuando desde la Generalidad de Cataluña decidieron "limpiar" la Plaza de Cataluña de Barcelona y llevarse todo lo que fuera "potencialmente peligroso", como soportes metálicos, hornillos, colchones, toldos, sofás... El pretexto es que querían higienizar y limpiar el lugar por si esta noche el Barça gana la Champions y los seguidores culés van a celebrar el triunfo en la emblemática plaza, que no haya problemas. Los acampados rajaron ruedas de los camiones que se llevaban el material y trataron de resistirse, con lo que la policía autonómica actuó con contundencia, con un balance final de unos 120 heridos, entre ellos, 37 miembros de los cuerpos de seguridad.
Es evidente que se han equivocado desde el gobierno catalán al tomar una decisión tan drástica. Es evidente que no es legal acampar en un lugar público, pero no estamos ante una banda de peligrosos delincuentes, y si es cierto lo que afirman de que querían mantenerlo limpio para una probable celebración barcelonista, creo que podrían haber hablado con los acampados, plantearles la situación, y pedirles que abandonaran la plaza hasta el domingo, o hasta que acabara el partido si este lo hacía con derrota. Entiendo que hablando se entienede la gente y se podrían haber encontrado soluciones.
Lo curioso es que por la tarde, en el programa "España Directo", vi unas entrevistas que hacían a los "cabecillas" del movimiento de acampada en la Puerta del Sol, y, ¡ah, sorpresa!, me sonaban mucho las caras de las personas a las que entrevistaban. Y no porque sean amogas o conocidas, no, sino porque estas personas son destacados dirigentes de movimientos claramente politizados y politizantes como asociaciones de gays y lesbianas, que tienen su bandera puesta a modo de capa del oso y el madroño. Se supone, y así lo dicen algunos de mis queridos amigos y familiares que, o están acampados o van todos los días y colaboran con el "movimiento", que este es un movimiento de los ciudadanos y no está auspiciado ni dirigido por político alguno. Pues esto me confirma todo lo contrario. De pronto, tras unas elecciones aciagas para el PSOE, aparecen en escena los dos sindicatos más importantes de este pais, los dirigentes de IU y otros partidos "de izquierdas", apoyando las acampadas -de las que nada habían dicho antes de las elecciones- y condenando la desproporcionada actuación de la policía autonómica catalana en la Plaza de Cataluña.
En definitiva, las asociaciones de gays y lesbianas, los partidos radicales de poca o nola representación tras los comicios municipales y autonómicos del pasado domingo, los sindicatos, y algunos más que irán apareciendo en los próximos días si no pierde fuerza el movimiento de acampadas, van a intentar sacar algo de esta situación. Alabo la ilusión de los ciudadanos que han creído que con las acampadas conseguirían cambiar algo, pero no puedo apoyarlas cuando sé que hay gente detrás buscando algo que no es precisamente el bien de todos. Y aunque la policía se pasara en Barcelona, no es motivo suficiente para desprestigiar a unos cuerpos de seguridad que hacen un trabajo encomiable, con pocos medios y poco margen de maniobra. Y es que en situaciones como esta, a río revuelto, ganancia de pescadores...
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