Me han bastado unas horas, ida y vuelta al trabajo y esta tarde para leer esta novela que en Dinamarca y el resto de paises nórdicos ha levantado una gran polvareda durante los últimos años. Es una novela para adolescentes en la que pasan muchas cosas, hechos cada vez más crueles que se desencadenan desde que Pierre Anthon deja el colegio y se encarama en las ramas de un ciruelo tras descubrir que su vida no tiene sentido. Desde su atalaya arenga a sus compañeros de clase y les lanza frutas maduras, ante lo cual, crece la indignación de los adolescentes, que deciden hacer algo para demostrar a Pierre Anthon que está equivocado.
Lo que sucede después es que los chicos deciden reunir todo aquello que para cada uno de ellos es lo más importante. Cada uno irá solicitando al compañero lo que considera que tiene más valor para él con el fin de unirlo a un montón de cosas con sentido, con significado. Cada solicitud es más complicada de conseguir, suponiendo sacrificios difíciles de imaginar. Una vez cerrado el círculo y obtenido el montón de cosas importantes, pretenderán con él demostrar a Pierre Anthon el error en el que está. Finalmente, una vez han perdido todas aquellas cosas, es cuando se dan cuenta del valor real que tenían, pero...



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