Sinceramente, pensé en ir a verlo en el campo, pero finalmente decidí no hacerlo, porque suele ocurrir que, aunque el ambiente es espectacular, en este tipo de eventos se te escapan cosas, y creo que es mucho mejr verlo en televisión tranquilamente y con las emociones un tanto apagadas. Eso sí, Antena 3 se fue a la película que tenía programada inmediatamente después del pitido final sin dar tiempo a los festejos finales. He tenido que ver hoy las fotos, aunque supongo que alguno de los diarios deportivos ofrecerá a precio razonable el DVD incluyendo lo que nos hurtó la cadena televisiva.
Ayer volvía a vestir de blanco el último gran capitán del madridismo, un jugador soberbio que, como dijo un día Arrigo Sacchi, ninguno como él había conseguido tanto con lo poco que le había dado Dios en el aspecto futbolístico. En nada era un diez, pero era un ocho en todo, y sobre todo, Raúl González Blanco siempre tuvo la determinación, el coraje y la única prioridad de ganar superándose a sí mismo. Y eso es lo que anoche, el día de su homenaje, volvió a demostrar al madridismo y al mundo.
Antes de la Eurocopa de 2008, un incidente con Luis Aragonés hizo que éste decidiera "cortarle la cabeza" al capitán de la selección. Después vino todo lo que ya sabemos. Un cambio radical en la forma de jugar, y finalmente, la selección española ganó por segunda vez la competición. Los detractores de Raúl dijeron que fue porque él ya no estaba, porque era un cáncer para la selección y bla bla bla... La realidad es que con o sin él se habría ganado igualmente, pero eso ya queda bastante lejos y no merece la pena volver sobre ello. En el aspecto de la selección, ya no volvería, aunque al llegar Del Bosque al cargo afirmó que si estaba bien contaría con él. Todo el mundo habla del gran talante del señor marqués, pero la verdad es que no tuvo arrestos para decir que él tampoco llevaría a Raúl a la selección y zanjar definitivamente el tema. Porque algún delantero que fue al Mundial, que también ganó España, había estado muy por debajo del nivel del madrileño. De nuevo, agua pasada, aunque haya que recordar todos los hechos que han tenido que ver con la marcha prematura de Raúl tanto de la selección como del Real Madrid.
En el Real Madrid Raúl seguía siendo el jugador importantísimo de siempre hasta que Pellegrini, a quien puse el mote de «el enterrador» por sus aburridísimas ruedas de prensa, decidió sentar al capitán en el banquillo, con lo que éste decidió que su ciclo en el Madrid había acabado y que se iría a jugar fuera de España. Aunque al llegar Mourinho al banquillo blanco le dijo a Raúl que contaba con él, ya no hubo marcha atrás. El "7" había dado su palabra al Schalke 04 y la cumpliría. Después de dos temporadas en el equipo alemán, donde le trataron como muchos madridistas no han sido capaces de tratarle, se marchó a Qatar, a una liga menor para acabar su carrera y servir de maestro a los bisoños jugadores de este país.
Y por fin, el Real Madrid se ha acordado de su gran emblema y a través del Trofeo Santiago Bernabéu, ha tributado el homenaje que merece un jugador como él. Ayer pudimos ver el cariño que la gran mayoría del madridismo tiene a su gran capitán. La gente se volcó con él, y en el primer tiempo que jugó con el 7 y el brazalete de capitán del Real Madrid, se movió, mandó, corrió, se desmarcó y finalmente, consiguió volver a meter un gol para su equipo, para el club que es su casa. Un día perfecto donde Cristiano Ronaldo le cedió el dorsal y Casillas le puso el brazalete, bonitos detalles de dos de las estrellas blancas de la actualidad. El colofón lo puso el propio Raúl en el descanso cuando le entregó a Cristiano la camiseta como un símbolo del relevo que, ahora sí, ya se ha consumado. Para mí, y es una opinión personal, ese gesto simboliza el derecho que, ahora sí, después del homenaje, se ha ganado el portugués para portar a la espalda el número que llevaron gentes como Amancio, Juanito, Butragueño y el mismo Raúl.
Pudimos ver los típicos capotazos con los que obsequiaba Raúl a la afición tras una gran victoria, y en fin, volvimos a disfrutar del que para mí es el mejor jugador nacido en España en toda la historia. ¡Ojalá vuelva pronto para enseñar a las futuras generaciones todo el madridismo que lleva dentro! ¡Gracias, Raúl!
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