Hace un rato acabo de volver a casa. La mañana es fría, el viento corta la cara y en el cementerio no había quien aguantara mientras desaparecía el féretro de Julián, mi vecino de casi toda la vida, en el interior de un estrecho nicho de la cuarta planta. Supongo que uno no se da cuenta de que ocurre, de que esas personas que viven en la puerta de al lado se convierten en algo más que unos vecinos. Te acostumbras a ellos, a tenerlos cerca, a estar en su casa o que ellos estén en la tuya. Tenemos familiares a los que no vemos ni tratamos durante años, y sin embargo, esas personas extrañas al principio siempre están ahí. Y en mi caso, en el caso de mi familia, es lo que ha ocurrido con Julián y Pruden, que son parte importante, muy importante, de nuestras vidas.
Es curioso, pero venía yo ayer desde el trabajo hacia casa pensando en que la semana que viene tenemos la reunión anual de vecinos para el cambio de presidente y tesorero de la comunidad, y pensando en que nos tocaba a los dos coger los "trastos", y en que, debido a la penosa enfermedad de Julián, debería ser otro veciono el que lo hiciera. La sorpresa fue encontrarme el cartel en la puerta comunicando la hora del entierro, y es que justo unos minutos después de marcharme a trabajar, comunicaron a su mujer que Julián había fallecido, y a mí nadie me había avisado. Creo que cuando lea esto mi querida Herminia me dirá, una vez más, que sí existe conexión entre las mentes y todas esas cosas de las que a veces discutimos y no estamos de acuerdo, pero al menos resulta paradójico que yo viniera pensando en ese tema precisamente.
El caso es que Julián nos ha dejado, y que aunque Pruden se quede sola en casa, sabe que estamos a un sólo tabique de ella y que, como siempre, igual que su casa es nuestra, la nuestra es suya. Descanse en paz, vecino, y no se preocupe porque, en lo que podamos, cuidaremos de ella.
Pues si Pepe,en mi tierra se dice'mes val un vei a la porta que un parent a Mallorca' y es cierto un buen vecino puede a llenar el hueco de un familiar,si lee esto la sra Pruden,se sentira arropada
ResponderEliminar¡¡Cuánto lo siento Pepe!! Y lo digo con toda la sinceridad del mundo,porque hay vecinos que viven a nuestras vera que son los que nos dan muchas veces el calor de una familia ,de una amistad y sobre todo esos que están siempre , tanto para un roto como para un descosido ,esos que llenan nuestra vida de algo más que unos buenos días......
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