Siempre es bueno conocer estas noticias, sobre todo sabiendo cómo está el mundo de la música. Tiene mérito que los jóvenes intenten, si no hacerse una carrera multimillonaria, que eso está vedado salvo para unos cuantos, al menos subirse a un escenario, disfrutar y difundir este maravilloso arte que es la música.
Pinto siempre ha sido un lugar de donde han salido músicos de bastante nivel y que han formado parte de grupos de prestigio. Entre otros, mis buenos amigos, los hermanos Martín, Carlos y «Nini», que tras formar parte de Alborada o UMO, estuvieron en Zero con José Antonio Manzano. También despuntaron otros dos buenos amigos desde la infancia, Luis Santurde y José Antonio Martín, batería y primer guitarrista de Sangre Azul. Ha habido otros, y ahora parece que, tras una época de poco movimiento, ha aparecido una nueva generación de entusiastas que vuelven a darle vida a la música en nuestra localidad. Gato Charro tal vez sea el más significativo de los nuevos valores de la música en Pinto, y ahora Egonía ya tiene su primer trabajo en la calle.
El grupo lo forman en la actualidad Chuso Campos (voz), Sergio Luque (bajo), Alberto Sevilla (guitarra) y Pablo Gordón (batería). El disco se llama "Reloj de arena" y consta de once temas. Pop-rock muy al uso de lo que suena en España. Letras sencillas y con lenguaje muy de la calle, con alguna balada interesante y colaboraciones del arriba mencionado Gato Charro y otros amigos del grupo. El precio del disco, cinco euros, que se van en un par de cervezas, y al menos sirve para que los chavales no pierdan la ilusión por seguir adelante.
Los temas:
1. "Feria de Abril". Bastante pegadiza. El prototipo medio del disco. Creo que hay temas mejores que este, pero sería un buen primer single.
2. "El barrio de los exiliados". En esta canción cuentan con la colaboración de Lucas Lera, un buen cantante, con una interesante voz. Seguro que tiente éxito en directo y la gente coreará eso de "un hijoputa". Reconozco que tras escuchar el disco varias veces he acabado por tararearla.
3. "Corazón flaco". Pop sin complejos, con un estribillo bastante pegadizo también. Aquí hay un momento de la grabación que aparecen la guitarra y el bajo a la misma vez que la voz en algo que debería hacerse, al menos en mi opinión, cuando no suena la voz. Tengo que preguntarles por qué han hecho esto, que me chirría demasiado.
4. "A tres metros bajo tierra". Bonita balada. El tema que más me gusta del disco. Cuenta una historia bien estructurada y bien contada.
5. "Imaginación". Otro tema lento, que también tiene una buena letra. Hay un par de palabras en esta canción que se notan que las han buscado en el diccionario para encontrar un sinónimo de la palabra más en uso. No me parece mal que se usen, pero se nota bastante.
6. "Reloj de arena". El tema que da nombre al disco. Vuelta al pop más puro. Letra fresca pero de menor nivel que las anteriores. Otra candidata a single.
7. "Calcetines". Uno de los temas más duros del disco, con un lenguaje muy moderno y orientado al público más joven. Seguro que también es de las más coreadas en los conciertos.
8. "Made in USA". Otro tema potente y con estribillo pegadizo. La segunda canción del disco dedicado a historias de amores pasados.
9. "El barrio de los trileros". Guiño al «rockabilly». Buena canción también, con otra letra muy pegadiza.
10. "Nueva York". La tercera canción lenta, y también con una interesante letra. Otra canción que cuenta una buena historia.
11. "Lunes". Con la colaboración de Gato Charro. Melodía muy comercial. La letra no es nada profunda, pero la canción es de las que se quedan en el recuerdo.
En su conjunto el disco es bastante completo, aunque en mi opinión, en las letras abusan de los tacos, que como recurso en algún tema creo que está bien, pero el hecho de que aparezcan en muchos de los temas puede resultar un tanto cargante e incluso habrá a quien le parezca de mal gusto. Las baladas tienen letras bastante más cuidadas y por ahí creo que deben trabajar para el futuro. De todos modos, supongo que es más fácil llegar, sobre todo al público más joven, con un lenguaje mucho más vulgar.
Espero que les vaya bien, a pesar de lo difícil que es hoy en día vivir de la música. Y si no es así, que al menos sigan subiéndose a los escenarios con ilusión, porque al menos, los amantes de la música, necesitamos conciertos.
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