viernes, 11 de febrero de 2011

"Destino Eurovisión". Evolucionar, ¿a qué?

No sabía si opinar ahora, o al final de esta serie de galas de "Destino Eurovisión", pero al final me he decidido a ponerme delante del ordenador esta noche en mitad de la gala para opinar. Ya hace bastantes años que llevo diciendo que el Festival de Eurovisión no es lo que era. La entrada de muchos nuevos paises y el voto telefónico han hecho que la tendencia del voto ya no tenga una lógica musical, sino que entran en juego otros factores -igual que en cualquier reality show- que se alejan bastante de los patrones de calidad que serían deseables.

Ya resulta ridículo que, en virtud de un voto arbitrario y la presentación de una buena campaña, un personaje cómico como Rodolfo Chikilikuatre se cuele en un Festival que ha tenido el prestigio de Eurovisión, y más ridículo todavía que grandes cantantes y grandes canciones hayan quedado en los últimos lugares de la clasificación. Uno recuerda cuando se sentaba delante del televisor con un bolígrafo y un papel -no había ordenadores como ahora- y puntuaba a cada participante, hacía la quiniela y algunas veces acertaba. El domingo comentábamos con los amigos lo que nos había parecido y si habíamos acertado en los pronósticos, y al final nos dábamos cuenta de que era un acontecimiento importante.

Pero esos tiempos pasaron. Hoy no hacemos mucho caso del festival, salvo los "locos" eurofans que siguen el evento allá donde vaya, cogen sus vacaciones de manera que puedan asistir en directo, y todavía sienten la emoción que muchos perdimos hace bastantes años ya. Ni siquiera sé el día exacto que se celebra el Festival de Eurovisión este año, porque cada día estoy más desengañado de los métodos de elección del representante de nuestro pais, y del método de elección del ganador final. Aún así, probablemente lo veré.

Y dentro del despropósito que venimos viviendo en los últimos tiempos con el que fuera en tiempos el festival de música más importante del mundo, las galas de elección del representante de RTVE, "Destino Eurovisión", resultan desalentadoras y desencantadoras. No voy a entrar en los concursantes, ni si me gustan o no, porque hay de todo como en botica. Los hay conocidos, los hay menos conocidos, mejores cantantes, menos buenos, y al final elegirán lo que crean conveniente, no sé si lo que realmente quiera el público que se gasta su dinero en llamadas y mensajes o lo que prefiera la propia cadena. Alguno me ha gustado, pero también hay bastante morralla. Es triste que, en lugar de enseñarnos sus propias canciones, las que les hayan compuesto para ellos, versionan canciones que ya estuvieron el en Festival, en algunas ocasiones con muy poca fortuna tanto en la elección del tema como en la forma de hacerlo. El caso es que es difícil tragarse una gala entera y en estas tres que llevamos he hecho bastante zapping. Y además, queman a Anne Igarciburu de una manera brutal. Igual que Jesús Vázquez aparecía hasta en la sopa en Tele 5, a la buena de Anne, una profesional como la copa de un pino, la van a quemar de tal manera que va a tener que tomarse un quinquenio sabático para que no nos acordemos de ella y pueda volver con energía.

En definitiva, al Festival de Eurovisión, entre todos lo mataron y él solo se murió. Eso sí, desde la televisión pública estamos echando una mano importante a esta muerte lenta pero segura del gran Festival de la Canción auspiciado por al UER. Aún así, como ya dije, casi seguro que lo veré. A no ser que coincida con un partido importande del Real Madrid, claro...

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