Nací blanco, merengue, mdridista... No levantaba un palmo del suelo cuando ya decía que yo era de los "bancos", lloré cuando el Madrid perdió la final de la Recopa contra el Chelsea... Nunca he sido socio porque cuando se abrió la veda en los ochenta yo no tenía dinero para pagarlo, y después, un montón de años en lista de espera y supongo que entran nuevos socios con enchufe. Pero por pagar un carnet no eres más madridista. Lo digo por todos esos que dicen que no tengo derecho a criticar porque no pago ese carnet. El carnet te da derecho a pasar gratis o a menor precio a los partidos oficiales del club, pero nada más. Y hoy en día con más motivo, ya que el grueso de los presupuestos de los clubes de fútbol se obtiene a través de los derechos de televisión, y todos los que pagamos a una plataforma para ver los partidos, estamos contribuyendo a que los clubes fichen a los grandes jugadores y tengan mejores infraestructuras.
Ayer pudimos asistir al enésimo ridículo del club de Concha Espina. Contra un Atlético ordenadito y sin más pretensiones que defender su portería y esperar un fallo para marcar, los jugadores del Madrid no fueron capaces de crear juego ni peligro. Las grandes figuras estuvieron perdidas y los demás tampoco dieron el callo. El entrenador, un excelso jugador en su día, pero un técnico sin experiencia ni bagaje para entrenar a un club grande, está obteniendo peores números que su antecesor, al que se culpó de todos los males del equipo y que cuando fue destituido tenía al equipo a 5 puntos del líder. Ahora, y tras lo de ayer, está a 4 del Atleti y, en caso de ganar el Barça esta tarde, a 12 de los culés. ¿Dónde está la mejoría? El Madrid es un equipo poco solidario en defensa, desde hace ya muchos años, y poco definido en lo táctico y en los sistemas. No se trabaja el balón parado ni en ataque ni en defensa, y cada uno va a lo suyo. No es nuevo, porque llevamos así un montón de años. En los últimos 25 años, la realidad es que nos estamos comiendo las migajas que deja el Barça, y no todas. Se habla de las Champions, pero ellos han ganado más en este período. Las ligas y copas, ni hablamos de la diferencia... Es lo que hay, y lo que han conseguido presidentes blancos de lo más variopinto pero de la misma ineptitud. Desde Ramón Mendoza, que recibía a los niños de la Quinta del Buitre en su yate y destituía entrenadores a capricho de los jugadores, hasta Florentino Pérez, pasando por los Calderón, Mendoza o Boluda, todo ha sido un desastre.
El gran problema se llama Florentino Pérez, que no ha aprendido nada de su primera etapa. Reconoció cuando dimitió que había malcriado a los jugadores, y resulta que ahora hace lo mismo. Los jugadores mandan y el entrenador no es nada más que el que pone a once sobre el campo. Onde de los cuales tres o cuatro son fijos por orden del presidente. Hay jugadores que tienen que jugar sí o sí, pase lo que pase y por encima del entrenador de turno. Por eso no puede salir nada bien. El señor Pérez puede ser un gran empresario, y puede que saque dinero de debajo de las piedras, pero aparte de esto, lo que los madridistas queremos es que nuestro equipo gane, y si es posible jugando bien. Pero esto no sucede desde hace mucho tiempo. No sólo no ganamos, sino que tampoco jugamos bien. Y temporada tras temporada, vemos como en Barcelona y al lado del Manzanares, se chotean de nosotros y tenemos que agachar la cabeza. Los que queremos al Madrid somos los que sufrimos estas afrentas que nuestros jugadores, faltos de personalidad, de madridismo y de amor propio, no son capaces de "vengar". No son capaces de revertir esta situación porque nadie controla lo que hacen, nadie los pone en su sitio y les dice que hay un entrenador que manda y que ellos sólo son empleados que deben cumplir con su trabajo, el que les mande el entrenador, que para eso son los que más cobran del mundo.
Algunos se preguntarán por qué no ocurre esto en la sección de baloncesto. Pues no ocurre porque a Florentino Pérez no le gusta el baloncesto, y por tanto, no mete sus narices en la gestión deportiva de la sección. Ya estuvo a punto de cargársela en su primera etapa, y no lo hace ahora porque está ganando títulos y es el único consuelo que nos está quedando a los madridistas, pero como empiece a meterse también aquí, lo llevamos claro.
Soy madridista, me enfado, grito y es una tortura ver los partidos conmigo porque me indigno y acabo insultando a los jugadores. Me voy a casa jodido, y no tengo ganas de salir a la calle porque siempre me encontraré con alguien que se va a reír de nuestras derrotas. A mí sí me duele que pierda el Madrid, a mí sí me duele que los títulos se los lleve el Barça. A mí sí me duele que el mejor club del mundo ya no tenga el tirón entre los niños y todos quieran ser azulgranas. ¿Pueden estos jugadores y el señor Pérez decir lo mismo? ¡HALA, MADRID!
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