Tercer asalto, y casi k. o. técnico del Madrid. No he visto el primer tiempo, con lo que poco puedo decir del mismo, salvo que según he podido escuchar en la radio, los jugadores del Barça han hecho todo el teatro del mundo, y que, a pesar de la mucha posesión de balón, las ocasiones han sido más o menos las mismas para los dos equipos.
Ya venía caliente el partido desde días anteriores, con lo que había pasado en los partidos anteriores, y finalmente con las ruedas de prensa de los dos entrenadores que acabaron de ncendiarlo. Mourinho estuvo en su papel habitual, y Guardiola se pasó tres pueblos, no por meterse con el técnico madridista, sino por los insultos velados a la totalidad del madridismo. Así las cosas, cada equipo ha llevado al campo todo su arsenal, aunque el Madrid esta vez no ha estado tan fuerte y tan efectivo como en los dos encuentros anteriores. Antes, en el descanso, una tángana vergonzosa en la que acabó expulsado Pinto, pero que debía haber acabado con la expulsión de Valdés.
El segundo tiempo, que he visto entero, ha sido una pantomima desde el momento en el que el árbitro alemán ha expulsado injustamente a Pepe, no sólo dejando al Madrid con diez hoy, sino que además le deja sin su baluarte más importante en medio campo para el partido de vuelta. También ha acabado expulsado Mourinho por aplaudir al árbitro, ya que se ha vuelto a demostrar que tenía razón con lo de jugar con diez contra el Barça. A partir de ahí, el Barça ha seguido teniendo el balón, como era previsible, pero ya con más comodidad. Al final, los goles de Messi dejan al equipo merengue casi fuera de Europa, y digo casi porque no hay nada imposible en esta vida, pero la realidad es que ganar 0-3 en el Camp Nou se antoja una tarea casi imposible. Al final, en el cómputo total de este maratón de clásicos, el Barça gana a los puntos, aunque el Madrid tuvo su momento con la Copa del Rey, y seguramente, la victoria final va a ser por k. o. técnico con la liga y al menos el subcampeonato de la Champions contra la Copa del Rey.
El Madrid es un equipo en construcción, y posiblemente el año que viene podamos verle competir con armas más potentes que las que tiene actualmente. Duele que te gane el eterno rival, que te chulée, que te humille incluso, pero hay que aprender de estas cosas para ser más fuertes y el año que viene intentarlo de nuevo y poder conseguirlo. Así que, a pesar de todo, ¡Hala, Madrid!
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