
Ayer pudimos asistir al enésimo ridículo del club de Concha Espina. Contra un Atlético ordenadito y sin más pretensiones que defender su portería y esperar un fallo para marcar, los jugadores del Madrid no fueron capaces de crear juego ni peligro. Las grandes figuras estuvieron perdidas y los demás tampoco dieron el callo. El entrenador, un excelso jugador en su día, pero un técnico sin experiencia ni bagaje para entrenar a un club grande, está obteniendo peores números que su antecesor, al que se culpó de todos los males del equipo y que cuando fue destituido tenía al equipo a 5 puntos del líder. Ahora, y tras lo de ayer, está a 4 del Atleti y, en caso de ganar el Barça esta tarde, a 12 de los culés. ¿Dónde está la mejoría? El Madrid es un equipo poco solidario en defensa, desde hace ya muchos años, y poco definido en lo táctico y en los sistemas. No se trabaja el balón parado ni en ataque ni en defensa, y cada uno va a lo suyo. No es nuevo, porque llevamos así un montón de años. En los últimos 25 años, la realidad es que nos estamos comiendo las migajas que deja el Barça, y no todas. Se habla de las Champions, pero ellos han ganado más en este período. Las ligas y copas, ni hablamos de la diferencia... Es lo que hay, y lo que han conseguido presidentes blancos de lo más variopinto pero de la misma ineptitud. Desde Ramón Mendoza, que recibía a los niños de la Quinta del Buitre en su yate y destituía entrenadores a capricho de los jugadores, hasta Florentino Pérez, pasando por los Calderón, Mendoza o Boluda, todo ha sido un desastre.

Algunos se preguntarán por qué no ocurre esto en la sección de baloncesto. Pues no ocurre porque a Florentino Pérez no le gusta el baloncesto, y por tanto, no mete sus narices en la gestión deportiva de la sección. Ya estuvo a punto de cargársela en su primera etapa, y no lo hace ahora porque está ganando títulos y es el único consuelo que nos está quedando a los madridistas, pero como empiece a meterse también aquí, lo llevamos claro.
Soy madridista, me enfado, grito y es una tortura ver los partidos conmigo porque me indigno y acabo insultando a los jugadores. Me voy a casa jodido, y no tengo ganas de salir a la calle porque siempre me encontraré con alguien que se va a reír de nuestras derrotas. A mí sí me duele que pierda el Madrid, a mí sí me duele que los títulos se los lleve el Barça. A mí sí me duele que el mejor club del mundo ya no tenga el tirón entre los niños y todos quieran ser azulgranas. ¿Pueden estos jugadores y el señor Pérez decir lo mismo? ¡HALA, MADRID!
No hay comentarios:
Publicar un comentario