viernes, 29 de octubre de 2010

La comunicación en silencio...

Ya he comentado en otras ocasiones que trabajo en un centro especial de empleo -abajo podéis ver entradas sobre el equipo de fútbol sala- donde un 85 % de los trabajadores tenemos alguna discapacidad, y la gran mayoría son discapacitados intelectuales. Pero también hay un pequeño grupo de trabajadores sordos, entre los que se encuentra Mari Luz, encargada de limpieza y de la cual soy jefe directo por dirigir el departamento. Un handicap que hemos tenido durante los meses que llevamos de relación laboral es la comunicación, ya que yo no conocía la lengua de signos y ella no me entendía bien o no leía bien mis labios. Yo ya había dado clases particulares de matemáticas y química a dos hermanos sordos que leían perfectamente mis labios y pensé que la comunicación con Mari Luz sería mucho más fluida de lo que ha sido durante este tiempo. La mayoría de las veces tenía que darle las instrucciones por escrito, con el consiguiente retraso, además de la difícil comprensión de algunas palabras por su parte. Y por eso solicité que se nos impartiera algún curso sobre lenguaje de signos para al menos poder empezar a entendernos con nuestros compañeros sordos.


Y hace dos semanas empezamos un curso mínimo, de un par de semanas nada más, pero que ha sido como un resorte en nuestra relación con el grupo de sordos en general, y en mi caso particular, con Mari Luz. El hecho de que yo le pregunte cómo se signa tal o cual palabra, y que ella se vea útil, entendida y comprendida ha dado un vuelco en su actitud hacia mí, antes distante y ahora tendente a mantener una relación cordial entre compañeros de trabajo, cosa que por otra parte, creo que debe ser lo normal.


Es difícil, muy difícil hablar con las manos, y no sólo con las manos, sino con la expresión de la cara y con el cuerpo, pero es un reto, un maravilloso reto que nos puede llevar a comprender mejor a los que viven en silencio. Y por eso voy a seguir estudiando y preguntando a Mari Luz, Angustias, Diana, Nacho, Vanesa o Armando, para conocer mejor su mundo, que también es el mío.


Y por si vosotros queréis aprender y entender a los sordos, os dejo algunas direcciones de internet:









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