En mi paseo por el Retiro el último día de la Feria del Libro de Madrid, compré varios ejemplares, entre ellos, "La luz crepuscular", la última novela de Joaquín Leguina. Y tuve la suerte de hablar con él y que me firmara el volumen recién adquirido. Una pequeña conversación que, una vez terminada la lectura de la novela, ya me daba pistas sobre el contenido de la misma.
Leguina navega entre la realidad y la ficción narrando en primera persona, pero cambiando su nombre por el de Angel Egusquiza, la historia de la España del segundo y tercer tercios del siglo XX y los primeros alos del XXI. "La luz crepuscular" narra los acontecimientos políticos sucedidos en la dictadura, el golpe de Estado de Pinochet, la transición española, los casos de corrupción en la política española de la democracia... A través de su lectura uno alcanza a comprender muchas cosas que sucedieron y que siempre miró desde un punto de vista probablemente equivocado, o sesgado al menos, por los medios de comunicación que sirven a interesas de distinta índole.
Y sobre todo, me quedo con el título del libro, y la anécdota de la que proviene. La dejo para que los lectores la descubran, porque resulta deliciosa. Eso sí, aquí dejo una pequeña pista...
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