Esta mañana iba a Madrid, a hacer una pequeña gestión de mi trabajo y de paso hacer unas compras navideñas antes de que se me eche el tiempo encima, y he visto un gato negro, bueno, dos. No sé por qué he recordado que una de las muchas supersticiones que circulan por ahí es que ver un gato negro trae mala suerte. Y he pensado escribir sobre ello. No es que yo sea supersticioso, o al menos no recuerdo tener ninguna manía especial ni pensar en qué cosas pueden traerme buena o mala suerte, pero lo cierto es que conozco las supersticiones como todo el mundo y las comento.
Conozco gente que no pasa jamás debajo de una escalera, o que guarda nueces dentro del azucarero para que les dé suerte y dinero. Lo del gato negro es muy habitual, y lo curioso es que sería más lógico que pensaran que la mala suerte la puede traer un gato blanco, porque se ven muchos menos que negros. Pero ya se sabe que "hay gente pá tó" y estas cosas no son fáciles de erradicar. Me viene a la cabeza que, por ejemplo, nuestro campeonísimo Rafa Nadal no pisa jamás las líneas de la cancha de tenis cuando va desde su posición en la pista a la silla o de la silla a la pista. Futbolistas famosos tienen que tocar la hierba al salir al campo o poner el pie derecho primero en el césped. La corbata de la suerte, dejarse la barba o raparse la cabellera son otras de las muchas supersticiones que tiene la gente. Al igual que los muy creyentes llevan en la cartera estampas de sus vírgenes y santos favoritos, a los que tienen devoción, otros muchos creen en estas pequeñas o grandes manías o supersticiones y piensan que les ayudan a vivir más tranquilos.
Por supuesto que me parece respetable, aunque curioso. Creo que no tengo ninguna superstición, y si la tengo, supongo que no me doy cuenta de ello. Pensaré en ello y si encuentro algo, prometo contarlo aquí. De momento, os dejo un regalito en forma de canción que tiene mucho que ver con este tema...
Pepe, no seas supersticioso... trae mala suerte. Jejeje.
ResponderEliminarCuriosamente, ayer en la retransmisión del encuentro de Liga de Campeones, entre nuestro "queridísimo" Barcelona y el Rubin Kazán, comentaron que el entrenador del equipo ruso, Kurban Berdyev, tiene una manía muy curiosa. Cuando su equipo viaja en autocar, el vehículo nunca puede maniobrar marcha atrás con la plantilla en el interior. Cuando el autocar lo tiene que hacer, hace bajar a todos los jugadores y una vez que el vehículo está en condiciones de continuar la marcha es cuando les permite subir.
Curioso, ¿verdad?.
Este tipo de cosas darían para escribir un libro, querido amigo...
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