sábado, 9 de octubre de 2010

Una balada en otoño

Puente... o casi, porque el lunes hay que ir a trabajar aunque sólo un rato por la mañana. La idea, una visita rápida a Cuenca este sábado... Pero amanece gris, lluvioso, demostrando que el verano, ese verano que parecía no querer marcharse, por fin nos dice adiós para dejar paso a colores ocre, temperaturas más bajas, prendas de abrigo, y la lluvia. Todo el día lloviendo y yo mirando tras los cristales cómo cambian los tonos grises de las nubes que ocultan el sol. Olor a tierra mojada y por supuesto, adiós a la excursión.

Algo de deporte en televisión, pero sobre todo, música. Y entre esa música, varias veces ha sonado la vieja canción del maestro Serrat que describe como ninguna otra un día como el de hoy. Porque llueve, detrás de los cristales llueve y llueve, sobre los chopos medio deshojados, sobre los pardos tejados, sobre los campos llueve...

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