Otra maravillosa expresión procendente del toreo y que, en estos días en que se recrudece la batalla entre los que están a favor y los que quieren prohibir los festejos taurinos, está más en boga que nunca. En esta ocasión, la frase se debe al diestro Manuel García Cuesta, "El Espartero". Hijo de un modesto espartero se buscó la vida escapándose por las noches a dar capotazos en las ganaderías y aprovechaba cualquier opurtunidad para demostrar su arte. Una vez conseguido ser porfesional, fue célebre su rivalidad con Rafael Guerra, "Guerrita", teniendo incluso en alguna ocasión que defender a éste de la gente que quería agredirle. La frase viene a cuento porque "El Espartero" se arrimaba mucho a los toros, lo cual hizo que en su primer año como profesional recibiera más de 15 cornadas, y fue su contestación a los reproches de quienes le decían que no se arrimara tanto.
En Madrid, y antes de cumplir los 30 años, un toro de Miúra llamado "Perdigón" acabó con su vida. Se hicieron bastante famosas las "Coplas de El Espartero".
Y también son interesantes las sevillanas que os dejo.
Hoy en día, los toreros se preparan, estudian y en su mayoría tienen una cultura aceptable, pero en los tiempos en que surgieron todas estas frases, los toreros eran en muchos casos analfabetos y todas estas frases surgían de la experiencia y la dureza de su profesión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario